El acné́ es una enfermedad inflamatoria del complejo pilosebáceo, se presenta en la gran mayoría de los adolescentes y adultos jóvenes  y es la mayor causa de consulta médico-dermatológica en el mundo, ya que genera un gran impacto social en la calidad de vida de los que la padecen.

Su etiología es multifactorial y está asociada a varios factores:

• Función hormonal alterada.
• Aumento en la producción de sebo.
• Hiperqueratinización folicular.
• Proliferación del Cutibacterium acnes, junto a la activación de diversas cascadas inflamatorias.

Uno de los enigmas más importantes en su génesis lo constituye el siguiente interrogante. ¿Por qué́ mejora al final de la adolescencia y en algunos casos remite en la segunda década de la vida cuando no hay reducción de la cantidad de C. acnes, ni en la producción de sebo?

El C.acnes lo tenemos normalmente en la piel y la inflamación inducida por este microorganismo es la responsable del acné́ vulgar. Pero ¿por qué genera esta respuesta inflamatoria?. Actualmente el conocimiento del genoma de C. Acnes nos ha permitido una mejor comprensión de sus características y las interacciones entre C. acnes, sebocitos y queratinocitos.

En los últimos años,  van apareciendo modalidades terapéuticas emergentes con diferentes mecanismos de acción, incluyendo biológicos y moléculas blanco para combatir la seborregulación, antiinflamatorios y antiandrógenos, además del estudio del microbioma y la disbiosis intestinal que se sabe que produce alteraciones en la piel y puede estar relacionado con los brotes de acné.

¿Qué es la microbiota? ¿Qué es el microbioma?

La microbiota es el conjunto de microorganismos presentes en nuestro cuerpo y el microbioma es el propio código genético que tienen estas células que, aunque es distinto del nuestro, se encuentra estrechamente relacionado con la salud.
Al conjunto total de los genes de nuestra microbiota es a lo que los científicos han denominado microbioma.

El microbioma intestinal es una comunidad bacteriana compleja y dinámica que desempeña un papel importante en la salud humana. Las alteraciones en su composición se han relacionado con diferentes enfermedades intestinales y extraintestinales como la rosácea, el acné y la dermatitis atópica.

Diversos estudios han reportado interacciones beneficiosas entre el cuerpo humano y su microbiota y la modulación a través de prebióticos y probióticos que pueden prevenir o resolver tales enfermedades.

Aunque aún no se comprenden los mecanismos por los que se comunican el intestino y la piel, es probable que la asociación implique una conexión compleja entre los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino, así como los factores ambientales.

El C.acnes es un miembro importante de la microbiota de la piel y, como he comentado anteriormente, es el principal microorganismo implicado en la patogenia del acné́ vulgar.

Se encuentra predominante en la piel del rostro y está presente en cerca del 100% de los adultos. Su distribución en el cuerpo va a depender de varios factores: el contenido lipídico, el pH, la secreción de sebo y sudor, además de su correlación con el microbioma predominante.

Las áreas donde haya gran cantidad de unidades pilosebáceas (rostro, tórax y espalda) van a ser las que tengan mayor concentración de C. acnes, y será donde nos salen más granitos.

Diversos estudios han demostrado que C. Acnes también puede encontrarse en otras partes del cuerpo humano, como el intestino, el estómago, los pulmones, la cavidad bucal, la conjuntiva, la próstata o el tracto urinario.

¿Una piel sana está relacionada con un microbiota equilibrada?

Diversos estudios relacionan el microambiente y el equilibrio de la microbiota cutánea con los brotes de acné.

Una microbiota equilibrada gracias a determinados probióticos orales, puede ser una opción terapéutica que sirva como alternativa a los antibióticos en el tratamiento del acné́, lo que se proyecta como una solución real para limitar el progresivo aumento de resistencia bacteriana.

Muchos de los estudios fueron in vitro, pero se debe realizar una investigación más detallada para probar la eficacia real y la seguridad de los probióticos en estas situaciones.

El tomar probióticos por vía oral que se correspondan a un género, especie y cepa determinada pueden crear una barrera en el intestino, estimulando el sistema inmune y restableciendo nuestra microbiota, no solo en el tubo digestivo, sino también en la piel.

Las personas con problemas de acné, rosácea e incluso dermatitis atópica pueden experimentar brotes y una inflamación posterior, como resultado de un cambio en las bacterias, de ahí que tengamos una nueva indicación de probióticos orales para la afectación del eje “intestino – cerebro – piel”.

En un estudio italiano a la mitad de los pacientes se les administró un suplemento probiótico oral, además de su tratamiento estándar de acné. La otra mitad de los pacientes no recibía el suplemento probiótico.

El grupo probiótico experimentó una mejoría en los síntomas de acné y rosácea.
Los probióticos pueden mejorar el acné y la rosácea creando una barrera de sellado en el intestino.

Recordad que una microbiota desequilibrada puede estar relacionada con una mala alimentación y que, grasas saturadas y alimentos con carga glucémica alta, se han asociado al acné.

Aunque se necesitan más estudios, han salido algunos productos al mercado farmacéutico cómo Acniover de Martiderm del que os hable en un anterior post ( os dejo aquí el link).

Otros probióticos que pauto en protocolos de acné a través de nuestra dermoasesoría online o presencial :

Acnavance de Yosonut

  
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Fuente:
Gutmicrobiotaforhealth
Pubmed
Word journal of dermatology