Indol Carbinol, crucíferas y menopausia

En los últimos años se está imponiendo un cambio en la forma de vida en esta etapa, orientada hacia un estilo más saludable, basado en distintos aspectos de los que hemos hablado, como la actividad física, el descanso, la reducción del estrés y, por supuesto, una alimentación sana, entre otros.

Con el objetivo de mantener una ingesta sana, uno de los alimentos estrella es el brócoli, un alimento indispensable, el cual aporta a nuestro organismo un buen número de sustancias beneficiosas que, por otra parte, ayudan a prevenir diversas enfermedades y afecciones.

Por tanto, incluir el brócoli en nuestra dieta supone un refuerzo al organismo y, por ello, una mejora en la salud, además de un estilo de vida más recomendable.

Las verduras crucíferas como el brócoli y el wasabi son una gran fuente de glucosinolatos e isotiocianatos, contienen un alto contenido en minerales (Na, K, Ca, Mg, Cl, P, S, Fe, Mn, Cu y Zn), fibras dietéticas, vitaminas (C, E, K), compuestos fenólicos y carotenoides (betacaroteno, luteína y zeaxantina). Por ello, su consumo se ha visto incrementado de manera notable durante los últimos años.

Los glucosinolatos son metabolitos secundarios que se encuentran, casi exclusivamente, en la familia Brassicaceae.

Los distintos tipos de glucosinolatos están determinados en función de la especie de crucífera. Es más, dentro de cada especie, otros factores también influyen en el contenido de éstos, como son donde se cultivan y las condiciones ambientales.

En general, se ha determinado un mayor contenido en glucosinolatos en las inflorescencias de brócoli que en las hojas.

Además de los glucosinolatos, es preciso hablar de los isotiocianatos, que se obtienen de la hidrólisis de los primeros.

Se considera que estos compuestos son los principales responsables de la bioactividad de las crucíferas, con propiedades anticancerígenas y actividad antioxidante.

Estos compuestos vegetales se liberan cuando las células vegetales se dañan o se rompen al masticar o cortar y se hidrolizan al entrar en contacto con enzima endógenas llamadas mirosinasas (Singh et al.,2021). De la hidrólisis se producen los isotiocianatos e indoles, sustancias biológicamente activas.

Los isotiocianatos tienen actividad antiinflamatoria y antioxidante, en concreto el sulforafano inhibe los mediadores proinflamatorios que influyen en la inducción de moléculas de adhesión celular vascular en las paredes del endotelio vascular.

En un estudio observacional en mujeres en etapa menopáusica se vio, que aquellas que consumían más de 80g de verduras crucíferas al día reducían el grosor de la pared de la carótida evitando su estrechamiento, lo que puso en evidencia su papel protector en el sistema cardiovascular.

En esta etapa también está recomendado el indol-3-carbinol (I3C), un fitoquímico de origen vegetal producido por la descomposición del glucosinolato llamado glucobrasicina. A este fitoquímico se le han atribuido propiedades antimicrobianas, antivirales, antiinflamatorias y antioxidantes.

El Indol-3 Carbinol puede inhibir la reactividad de la microglía, células que proceden de la médula ósea y se encuentran en todas las regiones del sistema nervioso central, participando en la respuesta inmune y ejercer efectos neuroprotectores en la retina dañada por la luz, imitando aspectos inmunológicos importantes de la degeneración de la retina.

En el estómago el Indol-3 Carbinol, por el ácido genera una serie de sustancias como el Diindolilmetano conocido como DIM. Ambos modulan la expresión y la actividad de las enzimas de biotransformación que participan en el metabolismo y la eliminación de muchos compuestos biológicamente activos, incluidas las hormonas esteroideas, fármacos agentes anticancerígenos y toxinas (Williams 2017).

Estudios preliminares han mostrado que I3D y sus oligómeros podrían actuar sobre múltiples vías desreguladas como las que controlan la proliferación celular, apoptosis, migración, invasión y angiogénesis.

Si una paciente toma muchos hidratos de carbono y grasas saturadas en la menopausia, puede haber más aromatización y por tanto más estrógenos, también si está con terapia hormonal.

En estos casos se podría indicar indol 3 carbinol, que convierte el carbono 4 y 16, en carbono 2 protector. El exceso de oxidación del C4 y C16 puede ocasionar esclerosis múltiple. Se evita con Diindolilmetano (DIM), a dosis de 125mg/día (forma activa del indol 3 carbinol), junto con pycnogenol 50mg- 100mg y vitaminas C y E.

En los seres humanos, gran parte de la atención del I3D y DIM se ha centrado en la quimioprevención del cáncer de mama y de próstata. Se supone que la alteración del metabolismo del estrógeno dependiente del citocromo P450 es un importante impulsor de la prevención del cáncer de mama dependiente de DIM.

Pero hay que tener precaución, pues un estudio reciente realizado en 2018 sugirió que el indol-3-carbinol (I3C) puede tener beneficios como terapia de mantenimiento en pacientes con cáncer de ovario avanzado y un estudio anterior encontró una regresión significativa de la neoplasia intraepitelial cervical (NIC) en pacientes tratadas con I3C. Sin embargo, se requieren estudios bien definidos para confirmar el potencial de quimioprevención y los efectos antitumorales del Indol-3-Carbinol (I3C) y su metabolito Diindolilmetano (DIM) en el cáncer de mama, ya que DIM puede interactuar potencialmente con la terapia hormonal estándar de atención, el Tamoxifeno.

En estos casos puede ser preferible consumir una dieta que contenga alimentos ricos en indol-3-carbinol (I3C), como verduras crucíferas, para reducir el riesgo de cáncer, en lugar de consumir estos suplementos al azar, a menos que se recomiende con explicaciones científicas.

¿Tomar brócoli y coles de Bruselas o el fitoquímico Indol-3-Carbinol?

Los pocos estudios realizados hasta la fecha que comparan crucíferas ricas en glucobrasicina como las coles de Bruselas con suplementos de I3C/DIM han demostrado que el mayor impacto de estos últimos se debe a la dosis.

Se requiere la ingestión diaria de cantidades de kg de coles de Bruselas para producir niveles in vivo de DIM, que son alcanzables mediante la suplementación.

En los ensayos clínicos, estas dosis de suplementos han provocado pocos o ningún efecto adverso, sólo interacción con determinados fármacos como os he comentado.

El sulforonano de la glucorafanina puede actuar sinérgicamente con el DIM derivado de la glucobrasicina y esto puede generar oportunidades para enfoques combinatorios (basados ​​en suplementos y alimentos) en la clínica.

Espero que os haya gustado el post.

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Bibliografía

Licznerska B, Baer-Dubowska W. Indole-3-Carbinol and Its Role in Chronic Diseases. Adv Exp Med Biol. 2016; 928:131-154. doi: 10.1007/978-3-319-41334-1_6. PMID: 27671815.

Williams DE. Indoles Derived From Glucobrassicin: Cancer Chemoprevention by Indole-3-Carbinol and 3,3′-Diindolylmethane. Front Nutr. 2021 Oct 1;8:734334. doi: 10.3389/fnut.2021.734334. PMID: 34660663; PMCID: PMC8517077.